Amor Propio
Tengo frizz en el pelo, me pellizco las cutículas desde pequeña y usé todos los aparatos de ortodoncia habidos y por haber. Una vez, traté de afeitarme una ceja, usé un corset por dos años, tengo manchitas en mi piel, una cicatriz en mi espalda y regalitos en las uñas.
No vengo a decirte que “amo” mi cuerpo. Es un concepto del cual todavía me estoy familiarizando. Pero sí te puedo decir que me gusta.
Me gustan mis manos, que con uñas más veces destruidas que arregladas, han escrito lindas cartas. Mis pies, que con unos cuantos callos, me han llevado a playas, ríos, montañas y ciudades. Me gustan mis ojos, que a pesar de tener ojeras, han visto lugares y personas hermosas. Y mi boca, que con sus labios un poco resecos, me ha hecho reír hasta que me duela la barriga.
A veces tenemos que forzarnos a entender que aunque hayan personas bonitas, no significa que no lo seamos también. La única persona que sabe como te gusta tomar el café, que te levanta y te acompaña a dormir todos los días, que conoce todas tus mañas, inseguridades y talentos ocultos es…Taran! Tu misma.
Si! ese cuerpo que ha acumulado tantas cosas lindas y te ha ayudado a superar cosas feas también. Con ese cuerpo has vivido los mejores momentos y conocido las mejores personas.
¿No lo ves? Tu cuerpo está llenito de amor. Brinda a quienes te rodean y guarda un poquito pa’ti también.