24
otro año que me trajo muchas cosas buenas, y otras no tan buenas, cambios que emocionan y otros que asustan. Pero hubo un sentimiento constante-un poco difícil de explicar-pero sé que lo conoces también, porque a medida que nos hacemos más viejos, se vuelve más palpable.
Es como cuando estás en medio de un lugar o un momento, y sabes que es especial, pero tratas muy duro de sentirlo todo, pues dejamos pasar los mejores momentos por alto.
Como cuando te das cuenta que donde estás pisando ahora es donde el “tú del futuro” quisiera estar, al menos por un segundo.
O cuando sabes que estás exactamente donde tienes que estar y quieres aferrarte al minuto, al lugar, pero sabes que no hay botón de pausa.
Las manillas del reloj siguen corriendo y el tiempo sigue empujándonos hacia adelante. Y cada año me hace más sentido. La vida se sigue llenando de historias y se nos hace imposible el querer agarrarlas todas al mismo tiempo.
Pero lo lindo de las historias es que viven para siempre y no nos queda nada más que soltar… y recordar.